He seguido escribiendo ydel análisis de la burocracia en relación con el poder y la oligarquía, selecciono esto, que parte del estudio de lo escrito por Robert Michels y mis reflexiones.
"Muy extenso es el libro de Michels y mucho lo que se refere a las élites y a su circulación según Pareto pero con reservas en cuanto Michels considera que en multitud de los casos no es un simple reemplazo de un grupo de élites por otro, sino un proceso continuo de mezcla, donde los antiguos elementos atraen, absorben y asimilan a los nuevos. Esto se puede considerar que se produce en la Administración pública española, en parte debido a su estructura corporativa y otras cuestiones a tratar en otro punto.
Pero Michels se refiere directamente a la burocracia bajo el titulo: La burocracia: tendencias de centralización y de descentralización de la Segunda parte de su libro: Tendencias autocráticas de los líderes. En él señala que el Estado necesita una burocracia numerosa y complicada y explica como el Estado en su autoconservación incorpora el mayor número posible de intereses y la sociedad, ante la oferta de puestos que ello produce y en sus diferentes clases, busca puestos seguros en la administración estatal y nos llega a decir que: La inmensa demanda de puestos que resulta de estas condiciones, demanda siempre mayor que la oferta, crea el llamado <<proletariado intelectual>>. Casi de inmediato nos señala: Periódicamente el Estado, en aprietos ante la demanda creciente de puestos, se ve en la obligación de abrir las compuertas de sus canales burocráticos para admitir a millares de nuevos postulantes y transformar a éstos de peligrosos adversarios en defensores y partidarios celosos.
En lo que nos está mostrando Michels hay que tener en cuenta que él parte de su análisis de los partidos políticos y su evolución burocrática y oligárquica y en lo que dice, pienso que cuando dice Estado, si lo entendemos como partido que gobierna y éste actúa como método de defensa en la creación de puestos burocráticos, no va a crear una burocracia sujeta a la ley sino sujeta al partido, al Gobierno o a sus políticas públicas. De modo que el modelo burocrático de Weber, en el que la sujeción es a la ley o a los reglamentos quiebra, pues la tendencia del Estado o partido dominante en él como gobierno, tratará de dominar en la totalidad de aspectos y principalmente para preservar el modelo y la apariencia de sometimiento a la ley, con su burocracia dependiente, irá a la conversión de la ley en trasunto de su voluntad e interés y de dominar las oligarquías que se le opongan. La tendencia imparable es crear el mayor número de sujetos dependientes para conservar el poder en una carrera que conduce al totalitarismo y la dictadura e inevitablemente destruyendo oligarquías o haciéndolas más pequeñas y dispersas territorialmente, hacerse con un poder centralizado de apropiación de los medios de producción y, en consecuencia, con la eliminación de la contribución económica libre del sector privado.
Michels señala que la burocracia crece constantemente y que cada vez es menos compatible con el bienestar general pero que sin embargo esa maquinaria burocrática es esencial para satisfacer la demanda de puestos seguros por parte de la población pero también como un medio de autodefensa para el Estado.
También nos dice: El partido político tiene muchos rasgos comunes con el Estado. Así el partido donde el círculo de las élites está restringido por demás, o donde, en otras palabras, la oligarquía se compone de un número demasiado pequeño de individuos, corre el riesgo de ser barrido por las masas en un momento de efervescencia democrática. Por eso el partido moderno, como el Estado moderno, procuran a su propia organización la base más amplia posible de individuos.
Desde que se escribió hasta el día de hoy esta evolución ha seguido en cuanto las acciones y competencias estales van creciendo cada día.
Otra manifestación destacable que nos dibuja lo que supone la desaparición de la burocracia profesional por una politizada o dependiente en aquel momento en que nos habla de la burocracia partidaria, como enemigo jurado de la libertad individual y de toda iniciativa audaz en materia de política interna, resaltando la dependencia de los superiores como causa de la supresión de dicha individualidad y expone: El espíritu burocrático corrompe el carácter y engendra pobreza moral. En toda burocracia observamos una cacería de puestos, una manía por el ascenso y obsequiosidad hacia aquellos de quienes dependen los ascensos; hay arrogancia hacia los inferiores y servilismo hacia los superiores.
Pero Michels también se refiere a las tendencias de descentralización y centralización y así dice: Como todo sistema de centralización, la burocracia encuentra la manera de justificarse en la experiencia según la cual hace falta una cierta unidad administrativa para la conducción rápida y eficiente de los asuntos. Muchísimas funciones, tales como encuestas estadísticas, jamás pueden ser realizadas de manera satisfactoria en un sistema federal. No debemos, olvidar lo que escribe es pensando en los partidos políticos.
De otro lado, desde el punto de vista burocrático aún en un sistema federal cada organización tiende a crear su propio centro y burocracia, y después de hacer una larga exposición sobre las tendencias autocráticas en el partido socialista nos dice que en el movimiento laborista moderno en los límites de la organizaciones nacionales se veían tendencias de descentralización que se daban junto a las centralizadoras y así manifestaba: La idea de la descentralización avanza constantemente, junto con la rebelión contra la autoridad suprema del ejecutivo central, pero sería grave error imaginar que estos movimientos centrífugos son el fruto de las tendencias democráticas de las masas, o que están maduras para la independencia. Su causa tiene en ralidad un carácter opuesto. La descentralización es la obra de una minoría compacta de líderes quienes, obligados a subordinarse al ejecutivo central del partido en un todo, prefieren retirarse a sus propias esferas locales de acción (estado menor, provincia o comuna).
Atendiendo a esto, creo que en la descentralización se van a producir nuevas autocracias y a su servicio nuevas burocracias y así esto es lo que lo antedicho nos obliga a pensar. Pero Michels nos dice más cosas al efecto, que considero necesario transcribir por su interés y por sus líneas históricas, y este párrafo que sigue al anterior es una muestra en este sentido: El grupo de líderes que se encuentra en minoría no tiene amor por la centralización nacional fuerte. Por ser incapaz de gobernar todo el país, prefiere gobernar su casa, pues considera que es mejor reinar en el infierno que servir en el paraíso y así nos muestra un trazo de historia: Vollmar, por ejemplo que tanta influencia tiene en su propia tierra –ha sido llamado el rey sin corona de Bavaria- no puede consentir en desempeñar un papel secundario en la organización nacional alemana. ¡Antes será primero en Munich, que segundo en Berlín!
Muchas cuestiones sugieren estos párrafos pensando en la actualidad española en la que escribo y de la que cabría añadir como estas tendencias descentralizadoras o independientes pueden llegar a apoyar una tendencia autocrática central siempre que a cambio de conservar su poder favorezca el suyo descentralizado, que no dejará de ser insaciable hasta reducir la autocracia centralizada en una más. Para ello, lógicamente necesitan de unas burocracias serviles alejadas del modelo weberiano y derecho vigente. Así se puede considerar el modelo weberiano ligado al derecho mientras que la realidad que nos describe Michels, en la descentralización, me lleva a considerar que supone la destrucción del derecho vigente para crear un nuevo derecho en el nuevo centro y de nuevo una burocracia jurídica, aplicadora del derecho en cuanto éste refleja la voluntad del nuevo autócrata y la burocracia le mantiene, no por servilismo sino por su capacidad técnica de ejecutar el nuevo ordenamiento. Podríamos considerar la existencia de un círculo que como todo círculo resulta cerrado. El poder como elemento principal presente en la realidad."
Para pensar pues.