Con la última entrada se alcanzaba la cifra de 400 entradas desde que se inició este blog, pero una de ellas ha tenido dos versiones, puesto que a mediados de este mes un problema del blogger eliminó una que tuvo muy escasa vigencia. La veo ahora como borrador y me parece interesante publicarla pues es una muestra de como la misma idea, según el día y el momento, puede tener expresiones o versiones diferentes. Esta es la primera versión de la los lectores pueden haber leído ya:
Me refería el otro día a las medidas que ante la crisis se planteaban por el Gobierno Valenciano y que se presentan precisamente ante las próximas elecciones. Los problemas de liquidez de la Administración parecen evidentes, los contratistas no cobran y la sanidad presenta unos gastos importantes por lo que se reclama del gobierno central que sus aportaciones se ajusten a la realidad de la población que vive en Valencia y de las necesidades existentes. Lo que he venido leyendo es lo siguiente: El día 26 del pasado mes se nos dice que la Generalitat unificará todas las compras de sus organismos para ahorrar; es decir se reinventa a nivel autonómico las juntas centrales de compras y se dice que supondrá la unificación de 140 cuentas en una sola. Prima el ahorro y la racionalidad sobre la desconcentración o descentralización. Algo lógico yo he tenido que asistir, por ejemplo, a múltiples mesas de contratación de los hospitales valencianos en representación del servicio jurídico de la Conselleria y había días en que no existían suficientes funcionarios para ello, pues sólo en algunos casos se centralizaban en la Conselleria algunos contratos de suministros de productos, después de tratar las necesidades y preferencias con cada hospital. ¿mejor o peor? ¿Se tratarán de diversificar los adjudicatarios o sólo uno podrá hacerse con el contrato? El sistema descentralizado podía no ser tan económico pero a lo mejor beneficiaba a más empresas. La austeridad se impone.
Me refería el otro día a las medidas que ante la crisis se planteaban por el Gobierno Valenciano y que se presentan precisamente ante las próximas elecciones. Los problemas de liquidez de la Administración parecen evidentes, los contratistas no cobran y la sanidad presenta unos gastos importantes por lo que se reclama del gobierno central que sus aportaciones se ajusten a la realidad de la población que vive en Valencia y de las necesidades existentes. Lo que he venido leyendo es lo siguiente: El día 26 del pasado mes se nos dice que la Generalitat unificará todas las compras de sus organismos para ahorrar; es decir se reinventa a nivel autonómico las juntas centrales de compras y se dice que supondrá la unificación de 140 cuentas en una sola. Prima el ahorro y la racionalidad sobre la desconcentración o descentralización. Algo lógico yo he tenido que asistir, por ejemplo, a múltiples mesas de contratación de los hospitales valencianos en representación del servicio jurídico de la Conselleria y había días en que no existían suficientes funcionarios para ello, pues sólo en algunos casos se centralizaban en la Conselleria algunos contratos de suministros de productos, después de tratar las necesidades y preferencias con cada hospital. ¿mejor o peor? ¿Se tratarán de diversificar los adjudicatarios o sólo uno podrá hacerse con el contrato? El sistema descentralizado podía no ser tan económico pero a lo mejor beneficiaba a más empresas. La austeridad se impone.
Por eso precisamente el día 28 siguiente el Conseller Blasco afirma que la "máxima austeridad" será el lema del Consell y también se nos dice que el Consell eliminará uno de cada cuatro coches oficiales para los políticos; sólo el presidente y los 10 consellers dispondrán de un vehículo y el resto de altos cargos los tendrán que compartir. Vamos como al principio de la autonomía; entonces los altos cargos no tenían coche para circular a diario y si tenían que desplazarse a otra localidad se pedía un coche al parque móvil, nutrido por lo viejos coches transferidos del Estado, pero con penuria de chóferes, de modo que muchos de los que estaban en el parque, en talleres y ya no conducían, volvieron a hacerlo. Les confieso que en algunos casos era un peligro, pero espero que si alguno me lee no se ofenda por lo dicho. Hay que ver tanto recorrido para volver a los orígenes. Se acaban las alegrías con el dinero público.
También ese día se nos dice que el Consell ofrece a los contratistas costear obras por 2000 millones y pretende que ellos analicen la viabilidad de las obras. ¿Participación? ¿Privatización de funciones públicas? ¿Penuria económica? ¿Incapacidad técnica? Un poco de todo. Al día siguiente, seguramente atendiendo a la reacción de los empresarios se nos dice que los contratistas sólo financiarán obras si está asegurada su rentabilidad. Lógico. Las no rentables siempre han sido financiadas con presupuesto público.
Seguramente las noticias inquietan a los funcionarios y Camps les dice que los necesita a todos para que se calmen. Faltaría más, cómo van a sobrar funcionarios. Puede que sea verdad y no sobren, pero como algunos no trabajan o trabajan menos que otros y las cargas están mal distribuidas, habrá que reorganizar algunos órganos administrativos ¿no?
Para acabar con este listado de propósitos y medidas el día 4 de este mes el presidente dice que reordenará el Consell y unificará Hacienda y Administraciones públicas en una sola conselleria de Hacienda, separada de Economía. Parece que se distingue la gestión económica de la planificación y se le une la gestión de recursos humanos. Ejecución presupuestaria y gestión de recursos humanos bajo la misma mano, predominando la visión del gasto y del ahorro, pero en departamento separado de la Presidencia. Se le adjudica la mencionada junta de compras. También se nos dice que de la Conselleria de Industria dependerán dos grupos empresariales uno dedicado a la inversión de infraestructuras y otro de prestación de servicios. También se unifican Educación, Formación y Empleo. Supongo que todo forma parte del programa electoral y que la prensa refleja lo que se les ha comunicado.
Bien habrá que esperar, en todo lo enumerado hay un buen número de "recetas" clásicas de organización y buena parte de racionalidad.