miércoles, 26 de febrero de 2020

LA URGENCIA, LAS NORMAS Y LA ACCIÓN

En el poco tiempo de vida de este gobierno la presencia de la política y los problemas de convivencia se han incrementado y el parlamento es un nido de descalificaciones y una muestra de la división existente. Ante esta presencia de lo político se puede decir que lo primero que contemplamos es una acción mayor normativa y superior a lo que debía ser normal. ¿Por qué? Y ¿cuál es su valor?
La norma aparece como respuesta y solución al problema y ofrece la imagen de eficacia política.  Pero con la norma no hay nada hecho, si bien su efecto pueda ser el de calmar las aguas. A partir de la norma es necesaria la acción y entonces ya estamos en un problema y unos procedimientos administrativos.

En anterior entrada me refería a la prevención y esta supone una previsión o un control para evitar un problema posible y conocido. En la medida que se prevé y se previene, la acción es más eficaz y ágil. Si no hay previsión o la Administración  está mal configurada y carente de profesionalidad, entonces, la improvisación es lo normal y el tiempo juega su papel ya que se echa encima y el proceso enloquece y los problemas de gestión se incrementan.

La administración pública no puede ser improvisación,  al contrario ha de ser la hormiga que acumula grano para el invierno o la tormenta y no la cigarra cantora. Necesita obreros y no amiguetes o aduladores o fieles incondicionales. Y en estas normas que obedecen a la urgencia, al calmar las aguas, es seguro que hay más que nunca improvisación y luego ya veremos cómo hacemos las cosas.

En estas situaciones es cuando la Administración ha de actuar de acuerdo con las fases y funciones que nos explica la verdadera Ciencia de la Administración pública que es la que interviene para establecer la viabilidad y eficacia, por tanto, de lo que se pretende. Y lo hace previendo de modo general o primero, si existen los medios para hacer efectivo lo propuesto y a partir de esa primera apreciación expone la necesidad o no de obtenerlos y la acción y modos de actuar y hacer eficaz el objetivo. Eso es administrar y al serlo es hacer que la política y la norma se hagan realidad y efectivas.

Un proceso al que la urgencia no le va y que descubre, en su caso, la mentira, el timo y la improvisación y produce el rebote y el acrecentamiento de los problemas. Si nos conformamos con la norma o el plan o las medidas, puede que haya una calma temporal, pero ésta puede ser el anuncio de la tormenta que nos pillará sin piedad.

 Necesitamos más Administración y menos Política y partidos políticos a la greña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Translate

Entrada destacada

  Me preguntaba, en estado de ánimo decaído, sobre qué escribir en nueva entrada de este blog, ya que pienso que lo aprendido por mi parece ...