lunes, 15 de mayo de 2017

ADMINISTRACIÓN Y SOCIALISMO

La victoria de Macron en Francia y la caída de los socialistas ha llevado a que comentaristas y analistas hablen de dicha decadencia referida en general o al resto de Europa, incluso en esos análisis he visto y oído que la socialdemocracia decae en la medida que sus postulados se han generalizado y se mantienen igualmente con carácter general, hasta el punto que a mí me ha hecho pensar en la existencia de movimientos que van más allá de los partidos o que llevan a la coalición entre ellos. El Estado bienestar o providencia es, pues, una propuesta y apuesta general y ello me ha hecho pensar de nuevo en Von Mises y sus análisis respecto a la burocracia y las formas de gestión pública o administración y sus distinciones entre capitalismo y burocracia y me lleva a reflexionar pues respecto de esta última en una situación como la que se describe o considera.
Sin perjuicio de que el Estado del bienestar pueda ser considerado tanto desde un punto de vista liberal como desde uno socialista, la verdad es que su relación con la burocracia o administración es mayor con el socialismo o con la figura de un estado social, tanto sea democrático como autoritario, si ben mucho más en este último caso. Las tendencias a la socialización implican mayor administración pública y crecimiento burocrático, mayor o menor según cuales sean los partidos que alcancen el poder o el gobierno en cada nación o sus necesidades de conseguir votos para conservarlo. Por supuesto no hay que dejar de recordar que más burocracia y más administración implica más gasto público. Todas estas cosas en cierto modo resultan elementales, si bien las situaciones concretas ofrecen muchas variantes o tendencias a los extremos opuestos o a posiciones de equilibrio y centrales o centradas. 

La socialdemocracia creo que puede considerarse como una postura equilibrada o de centro de ahí su generalización y consecuente pérdida del socialismo que ha de acudir a posiciones más extremas para no perder presencia, tal como estamos viendo en España. Una encrucijada difícil pues. Pero, sea como sea, esta situación nos evidencia, una vez más, la importancia de la Administración pública y las consecuencias que tiene su estructura tanto en los servicios a los ciudadanos, como en el consecuente gasto público y carga fiscal, cuyas repercusiones en un mundo más globalizado son distintas que en un sistema nacionalista cerrado pues los efectos pueden llevar a la pérdida de capital y su huida de quien abusa en la carga mencionada. El equilibrio se hace necesario, pues de otro modo se puede llegar a un extremo que es el totalitarismo. Creo que en este sentido el centro y el equilibrio se está configurando alrededor de soluciones social demócratas pero, al mismo tiempo, exige más que nunca de una Administración pública sana, científica y no apoyada en la demagogia sino en unas leyes, normas y reglas, apoyadas en la racionalidad y no en el capricho o en el electoralismo; lo que sin duda exige de una ciudadanía educada en los valores y principios de la democracia y de la convivencia y conocedora de las posibilidades reales de eficacia en la gestión y en el gasto público sostenible que no hipoteque a las generaciones siguientes.

La tendencia contraria conduce a ese totalitarismo ya mencionado y del que ya tenemos muestras evidentes y los valencianos soportamos. Ya que los enlaces posibles con otras cuestiones pueden ser interminables, y ya que he mencionado a Von Mises, voy aquí a reflejar un párrafo de su obra Bureaucracy: The champios of socialism call themselves progressives, but they recommend a system wich is characterized by rigid observance of routine and by a resistence to every kind of improvement. They call themselves liberals, buy they are intent upon abolishing liberty. They call themselves democrats, but they yearn for dictatorship. They call themselves revolutionaries, but they want to make the government omnipotent. They promise the blessing the Garden of de Eden, but they plan to transform the world into a gigantic post office. Every man but one a subordinate clerk in a bureau, what an alluring utopie¡ What a noble cause to fight for¡
Against this frenzy of  agitation there is but one weapon avaible: reason. Just common  sense is needed to prevent man from failling prey to illusory fantasies and empty catchwords.

Este es un peligro que está presente y que como vemos no es nuevo, por ello no contar con una administración pública como la que yo defiendo a través de las entradas de este blog hace que el peligro sea mayor.

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