jueves, 28 de septiembre de 2017

EL DESCRÉDITO DEL CONCEPTO DE DEMOCRACIA EN ESPAÑA

El concepto o la idea de la democracia siempre ha sido de utilización varia, pero la que hoy se está haciendo en España por los partidos políticos, los políticos en general y por los nacionalismos resulta verdaderamente vergonzosa y provoca un descrédito total para los mismos y el mismo concepto usado como arma arrojadiza entre unos y otros. No pretendo establecer el concepto, aunque alguna referencia haga a ello. Lo que quiero es ante está situación actual manifestar las ideas que a mí me hacen renegar de algunas de las posturas que hoy vivimos y su ambigüedad o lo que ahora denominan equidistancia, que, en algunos casos,  cubre la cobardía o la tibieza presente hoy en quienes han de se el ejemplo para nuestra sociedad.

Acudo a la obra La democracia de Robert A. Dahl que en su explicación de lo que es la democracia ideal parte para ello de la suposición del acuerdo de cientos de personas de constituir una asociación y la necesidad que perciben de elaborar una constitución y así va desmenuzando las cuestiones más importantes sobre las que han de pronunciarse y al estimar que todos están calificados por igual consideran que todos tienen derecho a participar en las decisiones de la asociación y que deberían gobernarse democráticamente. Voy a reducir la exposición y a reflejar los criterios que el autor en esta democracia ideal señala como propios del gobierno democrático y considera al menos cinco:

1. Participación efectiva
2. Igualdad de voto
3. Alcanzar una comprensión ilustrada.
4. Ejercitar un control sobre la agenda
5. Inclusión de adultos.

Sirva esto como ilustrativo de algunos de los criterios democráticos, sin perjuicio del primer fundamento que es la igualdad y la libertad que necesita del ejercicio de las formalidades que la garantizan.

Pero yo pretendo utilizar esto respecto de España y la situación actual política y las posturas nacionalistas y de radicales y tibios. Así lo primero a considerar es que la asociación es España, más que milenaria, y como tal es una unidad y que ha tenido varias constituciones que ella misma se ha dado con participación de sus ciudadanos, conforme a criterios democráticos. Esa unidad es previa a la Constitución vigente, y por lo tanto ésta no la crea. La Constitución la aprueban los ciudadanos españoles y no es fruto de un pacto entre Estados independientes.

Partiendo de ello y de que se otorga una organización territorial y política autonómica, cualquier decisión que afecta a la unidad o al todo no puede realizarse unilateralmente por una parte, sino con la participación de todos y por los procedimientos constitucionalmente establecidos.

Ninguna parte puede configurar una información ilustrada que no lo sea y que no informe adecuadamente sobre la naturaleza del todo o de la unidad. Pues esa información no sería ilustrada ni seria información sino deformación y totalitaria. No formaría, no ilustraría sino que deformaría y todavía más si incita al odio y a la separación.

Tampoco una parte ni un partido puede configurar la agenda del todo o la unidad.

Y precisamente la garantía de democracia radica en la Constitución y su cumplimiento, en las leyes y su eficacia y en el ejercicio de poder gubernamental que este Derecho otorga y en el ejercicio de las funciones propias de los otros poderes estatales.

Los que no manifiestan esto tan simple o no son demócratas o están en la tibieza que provoca vómito y están a sus intereses y beneficios. Y en lugar de decir que hay que seguir los procedimientos constitucional y legalmente establecidos para participar y decidir, acuden a proponer el diálogo como idea al margen del derecho y como superior al derecho que realmente lo regula y no aceptan la decisión sino que quieren matizarla mediante la "equidistancia" que no es más que la acción que todo gobierno ha de hacer en el respeto de los derechos de las minorías pero no un cambio de la voluntad expresada mediante formas democráticas o un es que no es. Pero en España parece que el legislar es un juego publicitario y el gobierno no se ejerce, con lo que la seguridad jurídica y social se resiente, mientras cantan sin parar los demagogos.

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