lunes, 18 de noviembre de 2019

EL DIÁLOGO 7: ¿Estado federal? II

Anciano. Parece llegado el momento en que dialoguemos más sobre ese pretendido estado federal como fase del pase de unas autonomías a unos estados. Lo que aparece o se presenta por algunos como una solución a las pretensiones nacionalistas e independentistas, básicamente de catalanes y vascos.
Pero la cuestión que no abordamos fue la de cuáles serían dichos estados.

Progresista. Ya en la última ocasión señale que se había que partir de las nacionalidades y de los pueblos y sigo con esta idea.

Anciano. Lo recuerdo perfectamente. Hablamos de federación y confederación, de diálogo y me tachaste de autoritario y ahí me enfadé, quedando como conclusión básica la de que el primer punto que surgiría, en una reforma constitucional, era la de la forma de estado. Pero ahora, aparcando esa cuestión, tenemos que reflexionar sobre los estados posibles. Y antes de que insistas en las nacionalidades, hay que recordar que el concepto y las definiciones de nación son varias. Subjetivas, organizativas y territoriales, como ya vimos. Y, por ello, ahora mismo, me viene la idea de que nación y nacionalidades sí pueden ser cosas distintas o, al menos, diferenciarse, de modo que una nación, por territorio y organización pueda comprender distintos pueblos y nacionalidades. Y en consecuencia no hay una correlación completa o necesaria entre nación y estado, claro que según el concepto de nación que se asuma. Quizá, Yugoslavia es una referencia. Aunque.....

Progresista. Luego acoges la idea de nacionalidades y pueblos y, consecuentemente, tienes que unir nacionalidades y lenguas. De este modo, aparecerían cuatro nacionalidades: las castellano, vasco, gallego y catalano parlantes.

Anciano. Entonces ¿estás configurando cuatro estados? ¿Sería la lengua la única base de la unión correspondiente? No me extraña pues que otros "pueblos" quieran apuntarse la existencia de lenguas propias como el bable o el aranés, etc.

Progresista. Básicamente sí. Pero esas lenguas que mencionas no son bastante para constituir estados políticos. Los araneses no pueden independizarse de Cataluña, por ejemplo, es un disparate.

Anciano. Si seguimos las ideas de los independentistas, los araneses pueden plenamente aplicarlas para distinguirse de Cataluña. Pero esto son las cuestiones que llevaron al cantonalismo en España y al Viva Cartagena. Así que dado el afán expansionista e imperialista de Cataluña y su avance en la anulación del valenciano, mallorquín, menorquín e ibicenco, apuntas a estos Estados: El castellano, el Catalán, el Vasco y el Gallego. Que serían los constituyentes de la España estado federal.¿Es así?

Progresista. Pues mire, no me parece tan mal. Cabe meditarlo. Está usted muy acertado en esta reflexión. Podemos partir de algo así para continuar el diálogo.

Anciano. Pasaríamos de 17 autonomías a cuatro estados en los que la lengua determinaría el territorio propio y romperíamos con la historia o volveríamos al medievo pero sin los reinos moros o árabes.
El territorio hoy español y basado en el castellano comprendería entonces, todo menos Cataluña; Comunidad Valenciana, menos puntos castellano parlantes; Baleares, y algunos puntos de Aragón; País Vasco; y Galicia. ¿Es eso?

Progresista. Bueno no consideras Navarra y Logroño, que por múltiples razones pueden integrarse en el País Vasco.

Anciano. Habría que ver esas razones, pues históricas, históricas, no me lo parecen. Lo que estamos reflejando es un modelo puramente teórico, construido en el aire, al que hay que oponer los demás factores que también constituyen una nación; precisamente, los históricos, culturales, religiosos, etc. España tiene más historia que muchos otros païses del mundo y muchas cosas arraigadas que no pueden desaparecer sin más.

Por ejemplo en ese estado del castellano, tenemos actuales autonomías tales como Aragón, León, Extremadura, Andalucía, Asturias, Cantabria, Murcia, las Islas Canarias, las ciudades  autónomas de Ceuta y Melilla, las mencionadas por tí Navarra y Logroño y en todas ellas. o en las más extensas, un provincialismo muy importante, que hoy mantiene una oposición significativa a los nuevos centralismos creados por el sistema autonómico. Aún hablando castellano no se sienten Castilla. Los problemas prácticos son muchos, pero muchos. 

Los valencianos, por ejemplo, pese a quien pese y la intromisión imperialista catalana, por sentimiento, muchos no aceptan unos países catalanes y el castellano sigue siendo la lengua mayormente usada y el valenciano oficial no se siente como tal, sino como un catalán artificial, fabricado al efecto de uniformar a valencianos y baleares y adoctrinar a la juventud.

Progresista. Porque Franco les prohibió la enseñanza en valenciano que es un dialecto del catalán y no tuvieron a mano su gramática.

Anciano. Las mismas gramáticas que los catalanistas hacen desaparecer, para imponer la unión de la lengua catalana. Lo que pasó, también, es que socialmente el valenciano era la lengua de los pueblos, pero el castellano era la lengua de la capital. Socialmente el hablar valenciano resultó ordinario y no permitía el progreso social si no hablabas el castellano y a poder ser sin acentos vernáculos. De otro lado, buena parte de las provincias valencianas hablaban castellano solamente. 

Progresista. Precisamente, la provincia es lo que origina estas cosas y el centralismo estatal. La organización provincial olvida las comarcas que tenían un punto más cultural y menos de organización administrativa. De haberse organizado por comarcas, opino, que Valencia no hubiera tenido territorios castellano parlantes, salvo por la centralización y el peso de Madrid y sus gobiernos.

Anciano. Nunca está uno en posesión del pleno conocimiento ni de la verdad absoluta. Pero, tengo entendido que estos nacionalismos vigentes, además de un cierto romanticismo son más modernos que los sentimientos de unidad. El enemigo común une mucho. La Reconquista en España tenía uno común, con matices. Los separatistas pueden llegar a serlo sino lo son ya. La descentralización se ha mostrado como un monstruo que lo devora todo y gasta sin freno. Se han creado dependencias múltiples para soportar el sistema y la libertad, en realidad, se ha restringido. Y todo esto va a ir apareciendo, a la hora de considerar un cambio federal.

Progresista. Todo fruto de la educación en tiempos de Franco. Además, hoy, Europa ha de organizarse regionalmente y un federalismo, nos coloca bien al respecto.

Anciano. Una idea romántica más. La educación actual puede que sea más sectaria y acientífica que la de tiempos de Franco. Pero eso, aún siendo crucial, es lo que nos sitúa en la actualidad y la división, pero, al mismo tiempo, nos evidencia el factor organizativo. Así que sin entrar si Aragón, Extremadura, Asturias, Valencia, etc, quisieran también ser estados federados, lo que tendremos que dialogar es acerca de la organización de esos teóricos estados federales. Sin que ello implique que hayamos solucionado nada respecto de los  estados federados posibles y de los grandes problemas que supondría su determinación y de los sentimientos heridos ante la solución, cualquiera que sea.

Progresista. Bien, no acabaríamos de poner cuestiones y problemas; es cierto, mejor que en diálogo próximo hablemos de la organización de los estados federados.

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